Al llegar el verano se despierta en nosotros la emoción de pasar tiempo al aire libre, planear un viaje a la playa con todos nuestros amigos y lucir el mejor bronceado. Sin embargo, asolearnos en el camastro todo el día bajo los rayos del sol puede tener efectos negativos en nuestra piel como: favorecer la aparición de arrugas finas y gruesas, pigmentación irregular, grandes manchas en forma de pecas, tez amarillenta y una textura áspera de la piel, acelerando el envejecimiento. Así que es esencial protegernos de los rayos del sol.
Los fotoprotectores son productos que se aplican sobre la piel y que fueron desarrollados para protegerla de los efectos dañinos de la radiación ultravioleta. Pero, además, su uso nos aporta mayores beneficios como evitar la aparición de manchas, prevenir quemaduras solares, reducir la posibilidad de desarrollar cáncer de piel y prevenir el envejecimiento prematuro.
Según su mecanismo de acción o protección, los fotoprotectores se dividen en agentes tópicos (físicos y químicos) y agentes orales.
Los fotoprotectores tópicos físicos o inorgánicos son aquellos que reflejan o dispersan la radiación con mínima absorción, en la mayoría de los casos son pigmentos inorgánicos como: dióxido de titanio y óxido de zinc. Los químicos u orgánicos son agentes que actúan por absorción de la radiación UV como salicilatos, cinamatos, acrilatos, etc.
La aplicación de los fotoprotectores tópicos se ve afectada por el agua, la sudoración o el roce de la ropa, o al limpiarse el sudor con una toalla, se hace difícil una fotoprotección integral segura; por lo que han surgido los fotoprotectores orales como un complemento.
La fotoprotección oral tiene la ventaja de proteger la totalidad de la piel y no está sujeta a la forma de aplicación, la eliminación por el agua o el sudor, o la reaplicación. En la actualidad, las sustancias más utilizadas como fotoprotectores administrados por vía oral son β-carotenos.
Recuerda que el fotoprotector solar será tu aliado imprescindible para que este verano puedas disfrutar del sol sin padecer los efectos nocivos que produce.
¿Cómo debo aplicar mi fotoprotector solar?
Al terminar nuestra limpieza e hidratación, es importante aplicar el fotoprotector 15 a 20 minutos antes de la exposición solar. En el caso de usar presentación en barra, la Academia Americana de Dermatología recomienda que para obtener la protección solar adecuada debemos aplicar 4 pases por cada zona que deseemos proteger y, al terminar, podemos hacer pequeños toques para que la cobertura sea más uniforme.
No debemos olvidar que necesitamos retocar el fotoprotector cada 2-3 horas o después de secarnos el sudor o el agua en caso de nadar. Lo puedes hacer con un fotoprotector en bruma, lo que facilita su reaplicación ya que no es necesario utilizar los dedos para aplicarlo.
Incluir en tu dieta alimentos ricos en antioxidantes ayudaran a minimizar los daños provocados por la radiación solar.
El fotoprotector solar tu amigo ideal que te permitira disfrutar de los rayos del sol sin sufrir los efectos de envejecimiento.
Fuentes.
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