Refrescar, calmar e hidratar tu piel en un solo paso y con un solo producto, ¿es esto posible? ¡¡CLARO QUE SÍ!!
Brumas faciales son productos increíblemente versátiles y fáciles de usar: basta con rociarlas sobre la piel para obtener sus múltiples beneficios.
Las brumas faciales pueden actuar como un tónico hidratante, un suero ligero, una base de maquillaje o fijador de maquillaje, e incluso como un fotoprotector solar, todo esto dependiendo de sus ingredientes y de cómo elijas usarlas.
¿En qué momento de mi rutina debo aplicar la Bruma Hidratante?
Esto dependerá de los resultados que busques obtener de tu bruma:
- Hidratación: Si lo que buscas es obtener máxima hidratación de tu bruma, lo ideal será incorporarla después del lavado y antes de aplicar el suero o crema hidratante. Y a lo largo del día, sin importar el momento, si sientes tu piel seca, tirante o irritada.
- Pre o fijador de maquillaje: En este caso, deberás usarla como paso final de tu rutina, antes de maquillarte o cuando tu maquillaje esté listo. Deberás rociar y dejar secar al aire libre.
- Como protector solar: Si tu bruma hidratante contiene FPS, deberás aplicarla al terminar tu rutina de cuidado de la piel de forma habitual y 30 minutos antes de exponerte al sol, y durante el día para retocar tu protección solar.
¿Después de aplicar la bruma, debo enjuagar mi piel?
No, la bruma debe aplicarse sobre la piel limpia o después de tu maquillaje y dejar que se absorba al aire libre. Después, puedes continuar con tu rutina. Recuerda que estará aportando muchos beneficios a tu piel.
¿Las brumas se pueden utilizar en todo tipo de piel?
¡Sí! Recuerda que, sin importar tu tipo de piel, siempre debes hidratarla, y las brumas son tu aliado ideal para aportar ese extra de hidratación que tu piel necesita.