Tenemos demasiadas exigencias en cuanto a nuestro tiempo (trabajo, familia, mandados), sin contar que queremos encontrar tiempo para relajarnos. Para que todo encaje, a veces sacrificamos nuestras horas de sueño.
Sin embargo, tener un sueño profundo es fundamental para nuestro bienestar. Específicamente relacionado con la piel, el sueño profundo estimula la renovación celular y la producción de colágeno, lo que ayuda a mantener la piel flexible y reduce la aparición de líneas finas y arrugas. Además, la reducción de la inflamación durante el sueño de ondas lentas también ayuda a combatir afecciones de la piel como el eccema y el acné, que se desencadenan por el estrés.
Para obtener todos estos beneficios del sueño, es importante que prepares tu piel antes de irte a dormir:
Paso uno: Remueve el maquillaje y el protector solar
Comienza tu rutina de cuidado de la piel por la noche retirando el maquillaje, el protector solar, la grasa y los contaminantes acumulados durante el día. Puedes usar el desmaquillante de tu preferencia, agua micelar o, en su defecto, toallas desmaquillantes.
Paso dos: Limpieza o doble limpieza
Elige el limpiador adecuado para tu tipo de piel; busca uno que sea suave y no elimine la grasa natural de tu piel ni altere su microbioma. Si tienes tiempo y energía, puedes hacer una doble limpieza usando primero un limpiador en base aceite y luego un limpiador acuoso.
Paso tres: Tratamientos dirigidos o localizados
Este paso se enfoca en mejorar los aspectos indeseados de tu piel, por ejemplo: usar un suero antipigmento, aplicar retinoides, tratamiento para el acné, o un serum hidratante. La elección del producto ideal y la frecuencia de uso (2, 3 o 4 veces a la semana) dependerá de las necesidades de tu piel y de las indicaciones de tu médico.
Paso cuatro: Hidratación
Después de tratar tu piel, es necesario aplicar una crema o loción hidratante para mantener la hidratación y ayudar a absorber los principios activos. La hidratación es imprescindible, especialmente en pieles maduras, porque estimula la piel, dándole firmeza, elasticidad y resistencia. La crema hidratante de noche es el verdadero aliado antiedad en cualquier etapa de la vida.
Paso cinco: Crema para los ojos y bálsamo para labios
La piel del contorno de los ojos y de los labios requiere un cuidado especial, y tu rutina nocturna puede ser el momento ideal para prestar atención a estas áreas. Para los ojos, puedes utilizar cremas que reafirmen e iluminen la piel, reduciendo la apariencia de las ojeras. Para los labios, es ideal usar un producto que mantenga la hidratación, para que por la mañana luzcan radiantes y sin piel descamada.
Dependiendo de tu tipo de piel, gusto personal y tiempo disponible para invertir en tu rutina nocturna, puedes agregar más pasos. Por ejemplo, después de la limpieza, puedes usar un tónico que ayude a reducir la apariencia de los poros; 1 o 2 veces a la semana puedes incluir un exfoliante físico o químico; y al final de la rutina, puedes aplicar un paso extra de hidratación con un aceite, petrolato o crema reparadora para sellar la hidratación.
Fuentes.