5 cosas que puedes hacer para cuidar tu salud mental (sin volverte monja tibetana)

5 cosas que puedes hacer para cuidar tu salud mental (sin volverte monja tibetana)

La salud mental no se cuida solo con meditaciones de 45 minutos, jugos verdes o retiros espirituales. A veces se cuida con un buen límite, una canción a todo volumen o apagando el celular sin culpa. Así que si andas buscando formas simples (y realistas) de cuidar tu cabecita hermosa… aquí van 5 ideas fáciles, cero intensas y 100% posibles:

1. Decir “no” sin explicación larga (y sin culpa)

Sí, decir "no" también es autocuidado. No tienes que justificarte con discursos de 5 párrafos. Si no quieres ir, no puedes, o simplemente no te da la gana… un "gracias, pero no puedo" es suficiente. Tu energía es valiosa. Regálasela a lo que sí te nutre.

2. Tener una playlist que te suba el ánimo (y te haga bailar aunque estés lavando platos)

La música es medicina en forma de ritmo. ¿Estás bajoneada? ¿Estresada? ¿Con cara de lunes un jueves? Dale play a esa canción que te pone en modo Beyoncé, aunque estés en pantuflas. Bailar como loca en la cocina cuenta como terapia, por si tenías dudas.

3. Apagar el celular por una hora (o al menos silenciar los grupos de WhatsApp)

La sobreinformación también agota. Tomarte un break de pantallas, notificaciones y memes de tíos boomer puede ser más regenerador que una siesta. Intenta un rato sin nada, solo tú, una taza de algo rico.

4. Escribir lo que sientes sin filtro (aunque sea en servilletas)

Llevar un diario emocional no es solo para poetas. Escribir lo que te pasa, sin editar ni juzgar, es como sacar la basura mental. No hace falta que sea bonito ni tenga sentido. Con que sea tuyo, ya es suficiente.

 

5. Hacer algo solo porque te gusta (no porque “sirva para algo”)

Ver tu serie cursi favorita. Pintarte las uñas de azul. Darte una ducha con música y luces bajas. No todo tiene que ser productivo. A veces, no hacer nada útil es lo más útil para tu salud mental.

Cuidar tu salud mental no tiene que ser una misión imposible ni una lista eterna de “deberías”. A veces solo se trata de escucharte, elegirte y darte un poquito de lo que das tanto a los demás.

Así que respira, baja la exigencia, pon tu canción favorita… y recuerda: tú también mereces tu propio cuidado, sin excusas.