El envejecimiento de la piel es un proceso natural que puede acelerarse por factores externos como la exposición a la radiación solar y a la luz artificial. Existen dos tipos principales de radiación ultravioleta: UVA y UVB, así como una tercera fuente cada vez más común: la luz azul.
Rayos UVA y UVB
· UVA (95% de la radiación UV que llega a la Tierra): Penetra profundamente en la piel y es responsable del fotoenvejecimiento, manchas, pérdida de elasticidad y firmeza. Contribuye al desarrollo de melanoma, un tipo grave de cáncer de piel.
· UVB (5%): Afecta las capas superficiales de la piel, provocando quemaduras, ampollas y disminución de defensas inmunológicas. Está asociado al cáncer de piel no melanoma.
Ambos tipos de rayos contribuyen a la aparición de arrugas, pigmentación irregular y textura áspera en la piel.
Luz Azul
· Presente de forma natural en la luz solar y de forma artificial en pantallas (celulares, computadoras, LED).
· A pesar de sus beneficios en ritmos circadianos y tratamientos dermatológicos, la exposición prolongada a su forma artificial puede ser perjudicial, ya que penetra más profundamente que los rayos UV.
Efectos negativos de la luz azul en la piel:
· Deshidratación: Reduce las acuaporinas, dificultando la retención de agua.
· Arrugas: Descompone colágeno y elastina.
· Manchas: Estimula melanocitos, aumentando el riesgo de hiperpigmentación, especialmente en pieles sensibles o con fototipos altos.
· Envejecimiento prematuro: Genera radicales libres y altera la estructura celular hasta 48 horas después de la exposición.
¿Cómo proteger tu piel?
1. Usa fotoprotector de amplio espectro (protección 360°): Cubre UVA, UVB, luz azul y luz infrarroja. Debe aplicarse todos los días del año, incluso si está nublado o hace frío.
2. Incorpora antioxidantes en tu rutina diaria: Serums y cremas que neutralicen radicales libres.
3. Ropa protectora: Sombreros, lentes y prendas con filtros UV.
4. Evita la exposición solar en horas pico.
5. Reduce el tiempo frente a pantallas y utiliza filtros de luz azul en tus dispositivos.
Conclusión: La radiación solar y la luz azul aceleran el envejecimiento y dañan la piel. Adoptar medidas de protección diaria es clave para mantener una piel sana, joven y luminosa a lo largo del tiempo.