La importancia del cuidado personal va más allá de simplemente arreglarse, maquillarse y vestirse bien; en realidad, incluye también el cuidado de la salud mental y, en específico, de nuestra piel. La rutina de skincare no debe enfocarse solo en el cuidado de la piel del rostro, sino también en la del resto del cuerpo.
La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y su principal función es protegernos de las agresiones externas. Es necesario cuidar de ella. De forma natural, nuestra piel produce grasas que brindan humectación; la cantidad de estas grasas varía según la distribución de las glándulas sebáceas en el cuerpo. Por ejemplo, en el rostro hay una mayor concentración de glándulas sebáceas en comparación con las extremidades, lo que explica por qué la piel de nuestros brazos o piernas se ve más seca que la piel de la cara. Esto nos lleva a la conclusión de que el cuidado de la piel facial tiene necesidades diferentes a las del resto del cuerpo.
Entonces, ¿puedo usar la crema corporal para mi rostro o viceversa?
Con tantas opciones en el mercado de cremas y lociones hidratantes, puede resultar difícil saber si la crema corporal se puede usar en el rostro o si la crema facial es adecuada para el resto del cuerpo. Acompáñame a conocer las diferencias entre ambos productos.
Composición de cremas faciales y corporales
Ambos productos, tanto las cremas faciales como las corporales, están diseñados para hidratar la piel, pero la diferencia clave radica en su composición y en la cantidad de ingredientes que contienen, lo que resulta en texturas y propiedades muy distintas.
- Cremas y lociones faciales: Su formulación es más ligera y contiene ingredientes activos exclusivos que mejoran las necesidades específicas del rostro, como el ácido hialurónico y el ácido linoleico, que hidratan instantáneamente; o el ácido salicílico, ideal para pieles grasas. También contienen activos como la niacinamida y la vitamina C, que ayudan a recuperar el tono natural de la piel.
- Cremas y lociones corporales: Los productos corporales, en general, presentan texturas más densas y nutritivas. Aunque son ideales para la piel del cuerpo, su aplicación en el rostro puede causar problemas. Por ejemplo, tardan más en absorberse y dejan un acabado pegajoso y brillante. Si tienes piel mixta o grasa, usar una crema corporal en la cara puede aumentar la secreción de sebo, provocando brillos, poros obstruidos y acné.
Tal vez te has sentido tentada a usar tu crema corporal en el rostro, pero nuestro consejo es: ¡No lo hagas! A pesar de que existen cremas corporales para distintos tipos de piel, en general sus fórmulas no son tan específicas ni ligeras como las cremas faciales. Las cremas para el rostro cuentan con activos diseñados para satisfacer las necesidades específicas de cada tipo de piel, lo que las hace mucho más adecuadas para esta delicada zona.
¿No sabes cuál crema facial es ideal para ti? Descúbrelo accediendo a nuestro análisis de piel.