Mi piel y yo en el SPM🩸: cómo cambia con mi ciclo (y cómo la cuido sin perder la cabeza)

Mi piel y yo en el SPM🩸: cómo cambia con mi ciclo (y cómo la cuido sin perder la cabeza)

Voy a confesarlo: Cada mes, unos días antes de que me baje, mi piel se pone en modo rebelde. Y no, no es tu imaginación ni una maldición mensual. Tu piel, la mía y la de todas, cambia con el ciclo hormonal. Y lo más importante es entender qué está pasando y cómo puedes acompañarla en lugar de pelearte con ella (otra vez).

¿Qué pasa con mi piel durante el ciclo?

El ciclo hormonal tiene varias fases, y cada una afecta a tu piel de forma distinta. Te explico fácil y directo cómo se siente cada etapa, al menos así es como yo lo vivo:

Semana 1: menstruación

Mi piel está sensible, seca y cansada. Siento que nada me hidrata suficiente, y si uso algo fuerte, arde.

Semana 2: post menstruación / ovulación

¡Aquí ando en mi mejor momento! Mi piel se ve luminosa, suave, hasta parece que dormí bien. Este es mi momento para usar activos más potentes.

Semana 3: premenstrual (aquí empieza el drama)

¡Hola, SPM! SPM son las siglas de Síndrome Premenstrual. Es ese combo de síntomas físicos, emocionales y mentales que aparece unos días antes de tu menstruación… y que puede hacerte sentir como si tuvieras una minitelenovela hormonal dentro. Mi piel se empieza a poner más grasa, con brotes y poros marcados. Cualquier cosa me saca un granito y me empiezo a ver apagada.

Semana 4: días antes de la regla (la peor parte)

Aquí la piel está en su pico de inflamación, sensibilidad y desequilibrio. Brotes hormonales, sensación pesada, resequedad en algunas zonas y grasita en otras.

¿Y por qué pasa todo esto?

Todo es culpa (y regalo) de las hormonas:

· La progesterona y los cambios de estrógeno hacen que la piel produzca más grasa.

· La inflamación natural del cuerpo se refleja en rojeces o granitos.

· Los cambios en la circulación afectan la luminosidad y textura.

Pero no estás sola, y tu piel no te está traicionando. Solo está expresando lo que pasa dentro. Y cuando la acompañas en vez de pelear con ella, todo mejora.

Mi ciclo y mi piel no están peleadas… solo necesitaban comunicación

Desde que entendí que mi piel también tiene su calendario hormonal, dejé de exigirle que esté perfecta todo el mes. Ahora la escucho, la acompaño y ajusto mi rutina según lo que necesita.

Y si tú también te sientes frustrada porque “tu piel cambia todo el tiempo”… ✨ Respira. ✨ Observa tu ciclo. ✨ Adapta tu rutina.

Verás que, poco a poco, tú y tu piel se vuelven un equipo más fuerte y más amoroso.